Maniobras preliminares y escaramuzas

Una hora antes del amanecer del 22 de julio de 1812 los 100.00 hombres y diez mil caballos de los dos ejércitos estaban completamente empapados por causa de la tormenta que les había azotado durante toda la noche. Como los contendientes se encontraban muy cerca el uno del otro tomaron las armas antes de que amaneciera, como precaución ante un posible ataque sorpresa al romper el día.

La posición aliada se extendía desde el río Tormes en Santa Marta, siendo este su flanco izquierdo, a lo largo de una cadena de pequeñas alturas en dirección al Arapil Chico. La caballería de D'Urban y la Tercera División de Pakenham se encontraban vigilando los vados del río Tormes en Cabrerizos.

Marmont ocupaba también una amplia franja de terreno frente a los aliados, extendiéndose desde el Tormes a la altura de Huerta en el flanco derecho, hasta Calvarrasa de Arriba en el izquierdo.

Como no parecía que se fuera a producir un ataque, y ya comenzaba a salir el sol, los soldados se dispusieron a limpiar sus armas y a preparar el desayuno, previa búsqueda de leña y agua.

En ese momento Wellington estaba planteándose la posibilidad de retirarse hacia Ciudad Rodrigo, medida que se resistía a tomar ya que el enemigo estaba en inferioridad numérica y, además, el hecho de renunciar a Salamanca después de lo sufrido en los fuertes no resultaba en absoluto atractivo ni para sus oficiales ni para sus hombres. Al final la autoridad y determinación de Wellington se impusieron y el bagaje del ejército (equipajes de los oficiales, utensilios, etc.), escoltado por un regimiento de dragones portugueses, emprendió el camino de Ciudad Rodrigo.

Mientras tanto en la ciudad la población salmantina estaba dividida entre los que temían la vuelta de los franceses por haber recibido demasiado efusivamente a los británicos y los pocos que preferían la humillante pero en general pacífica y rentable presencia francesa. Cominenza la ....

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